Este año pensando en escribir sobre la Navidad me acordé de algo que ocurrió cuando tenía tan sólo 6 años. Mi hermana me contó que en São Paulo (era 3 años mayor que yo y trabajaba como niñera), había un señor mayor de barba blanca muy larga que se vestía de rojo y solía traer regalos de Navidad para los niños buenos y que estos niños podían pedir lo que quisieran, si en la Noche Buena dejaran sus zapatitos en la ventana para que Papa Noel pusiera los regalos dentro.
Bueno yo pensaba que no era mala, pero no tenía seguro que yo era buena y me creí que será maravilloso ganar regalos de este "abuelo" bondadoso.
Lo primero era tratar en conseguir unos zapatos, ya que mi madre antes había dicho que iba a vender mi gallina y comprarme un par de zapatos. Tan sólo debía conseguir que ella me los comprara antes de la Noche Buena, pues no debía enterarse de nada para no estropear la sorpresa.
Mamá vendió la gallina y algunos huevos y compró mis zapatos. Eran de color amarillo que me encantó. Esperé con mucha ilusión el día y como no sabía se estaba lejos o cerca, preguntaba a mi hermana todos los días si ya había llegado la Noche Buena.
Y finalmente llegó el día, arreglé mis zapatos en la ventana del lado de fuera y la cerré, porque Papá Noel sólo vendría se fuéramos dormir. En el otro día maldije a Papá Noel y sus antepasados porque además de no me dejar regalos aún me había llevado los zapatos.
Pasados 12 años gané el verdadero regalo de Navidad. He descubierto que en la Navidad conmemoramos que Jesús, el hijo de Dios vino al mundo como niño en un pesebre que creció y vivió aquí, fue “despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo”. Sufrió nuestros dolores “Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados” sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz”
¡Ahora sé de la importancia de la Navidad: es que Jesús vino al mundo traernos el más grande regalo que es su propia vida ofrecida por nuestros pecados!
“Justificado mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”
Ahora me siento cerca de Dios puesto que Jesús nos aproximó por su sacrificio.
¡Deseo a todas mis amigas que reciban al igual que yo este regalo de Navidad!
